Nel contesto educativo si distingue tra prevenzione primaria, secondaria e terziaria. La prevenzione primaria si basa sulla comunicazione di norme e valori. Al centro di tutto ciò vi è lo sviluppo delle competenze sociali e delle condizioni di vita che sostengono uno sviluppo sociale positivo nel senso di norme democraticamente negoziate nell’interesse del bene comune. Non ci sono gruppi target specifici nella prevenzione primaria. Il suo scopo è quello di impedire alle persone di intraprendere azioni che contraddicono le norme socialmente negoziate.
Trabajo de identidad
Un desafío central al que se enfrentan los jóvenes es la formación de su propia identidad, es decir, el desarrollo de una unidad interior de la persona experimentada como “yo”. Después de la disolución más extensa de planes de vida preformados, las personas en el siglo XXI son fundamentalmente libres para dar forma a sus propias vidas como deseen. En esta situación social, que también se caracteriza por trastornos económicos de gran alcance, las demandas de los jóvenes en particular para crear su propia identidad, su propia “buena vida” a partir de todos los posibles componentes básicos, están aumentando. Los jóvenes en particular, que tienen pocos recursos económicos, sociales y culturales, experimentan esta pluralización no tanto como una liberación, sino como una pérdida de seguridad y fiabilidad y, sobre todo, como una carga. Estos jóvenes se sienten abrumados por sus déficits, reales o imputados externamente, y pueden sucumbir a la tentación de buscar certezas y pautas morales inquebrantables. Los grupos extremistas abordan las necesidades de apoyo, orientación e identidad de los jóvenes.
Acompañar a adolescentes y jóvenes en esta fase de su desarrollo es una parte importante del trabajo de prevención. Esto no solo representa la prevención de la violencia y el extremismo, sino que también ofrece apoyo en el trabajo de identidad posmoderno, mediante el cual se pueden abordar las necesidades de estructura y seguridad.
Espacio para intercambio
La società dovrebbe offrire ai giovani uno spazio sicuro per discutere di questioni delicate come l’orientamento sessuale, il razzismo, le opinioni politiche, le differenze culturali, la religione e la salute mentale. I tabù e le controversie a volte associate a questi problemi causano un sentimento di insicurezza tra molti genitori e professionisti, il che significa che tali questioni spesso non vengono discusse in modo approfondito. Tuttavia, ignorarle non fa scomparire i problemi e può emergere un ambiente estremista per fornire risposte. Discutere di tabù significa certamente correre dei rischi, ma anche assumersi la responsabilità dello sviluppo psicologico della prossima generazione.