En la prevención secundaria se trabaja con grupos de personas ya identificados y vulnerables para asegurar que reciban apoyo en sus situaciones de vida, generalmente difíciles, a fin de prevenir o mitigar acciones problemáticas. Aquí se presta especial atención a los jóvenes que ya han sido condenados por actos de motivación política o a las personas con afinidad a la violencia.
Para Michaela Glaser, que trabaja en la investigación de enfoques educativos para la prevención del extremismo, la prevención es una intervención en la vida de los afectados. Por esta razón, argumenta, esta forma de educación necesita una justificación y legitimación especial. Considera que la prevención es problemática si, al aplicarla, no se traza una línea divisoria suficientemente clara entre las formas de expresión de la crítica social política que están protegidas legalmente por la constitución y las declaraciones hostiles a los seres humanos o a la constitución.